Y con todas las ganas del mundo soplas las velas de tu cumpleaños, una pestaña desprendida, un molinillo o incluso los petalos de una flor... Ese deseo se tiene que cumplir, y si tengo que soplar dia y noche, soplaré.
Y al ver que se ha cumplido, que se ha cumplido de verdad, lo piensas, te das cuenta de que soplaste ese deseo con todas tus ganas, pero que aun asi quizas estaba escrito... tu deseo iba a suceder, soplases o no la ultima llama de tu cumpleaños.
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