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jueves, 29 de noviembre de 2012
Felicidad, te espero sentada en la acera. Esta lloviendo a mares, aun no comprendo por qué me he peinado y me muero de frío. Pero no importa, mientras seas tú quien aparezca a mi encuentro un día de estos. A pesar de todo, soy la idiota con la sonrisa siempre puesta en búsqueda de una fuerza que no encuentro en mí desde hace tiempo. Tú deberías ayudarme a encontrarla. Por eso, cuando llegues a esta calle, con los escaparates a medio colocar y una cafetería en la esquina, busca un paraguas azulado, y pregunta por quien te necesita desde que perdió el norte. Ahí estaré yo, echándote de menos.
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