Yo y mis defectos.

No, ya no escucho música triste. Solo si aparece en el Ipod, y no tengo manos para quitarla. No es que ahora sea la mujer más feliz del mundo. Para nada. Pero si noto esperanza, me siento más contenta. Cualquier persona vería súper estúpido que fuese por él, por "dos líos de nada". De esos que cuentas al final del verano. Pero las fiestas han terminado y aun así sigue aquí. Vuelve. ¿Por mi? Quizás no... Lo más seguro, vamos. Pero ¿Por qué no tener esa esperanza? Me he caído al suelo tantas veces todo este curso, o incluso este verano, que ya reboto para levantarme. Y la esperanza, según casi todo el mundo es lo último que se pierde.

Me da rabia no tener el valor de preguntar por él, de saludarle, de cualquiera de esas chorradas que otros hacen como si nada (como personas normales y tal…¬¬)

Pero es… soy yo. Yo y mis defectos.

[ Sácale ahora la lengua al mundo; piensalo, tú vas por denlante ]

PD: Así me sentía antes de que todo pasase, y entonces escribí "Lonely", la antepasada entrada escrita.