Por fin mi mente estaba en calma, podía cerrar los ojos y tan solo obtener oscuridad, relajarme; Ya nada era importante.
Pero de pronto, en esa oscuridad apareció un pequeño brillo, una estrella que tenía la palabra “ilusión” en cada uno de sus destellos.
Rápidamente la tapé con un dedo, pero este no podía evitar que su fulgor siguiese a la vista.
Decidí abrir la mano y, con la palma entera, taparla. De nada servía, pues sus pequeños rayos se colaban entre mis dedos.
Le di la espalda dándome la vuelta, pero su brillo relucía reflejado frente a mí.
No podía ser, no podía volver esa maldita esperanza a mi cabeza. Cerré los ojos con más fuerza. Ya no podía hacer nada; había caído de nuevo, había pensado en él, en nosotros, había vuelto a las andadas…
Pero de pronto, en esa oscuridad apareció un pequeño brillo, una estrella que tenía la palabra “ilusión” en cada uno de sus destellos.
Rápidamente la tapé con un dedo, pero este no podía evitar que su fulgor siguiese a la vista.
Decidí abrir la mano y, con la palma entera, taparla. De nada servía, pues sus pequeños rayos se colaban entre mis dedos.
Le di la espalda dándome la vuelta, pero su brillo relucía reflejado frente a mí.
No podía ser, no podía volver esa maldita esperanza a mi cabeza. Cerré los ojos con más fuerza. Ya no podía hacer nada; había caído de nuevo, había pensado en él, en nosotros, había vuelto a las andadas…
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