Estamos tu y yo, subidos a una noria, allá en lo más alto.
Yo tengo la cabeza apoyada en tu pecho, al mismo tiempo que tú me rodeas con tu brazo.
Yo estoy con un peluche gigante en la mano que me has conseguido en algún puesto.
El viento corre lentamente.Sin embargo, el tiempo no pasa.
Ninguno de los dos decimos nada.
Levanto la cabeza; te miro, me miras...
Nos decimos todo con una dulce pero a la vez apasionada mirada.
Me acerco a tí.
Te beso.
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