Hace tres días, en la madrugada del segundo día de verano, dije todo lo que tenía que decir:
"Quiero casarme contigo".
Se lo dije y hablamos del pasado, y del futuro. Del pasado, explicandome lo loco que pude llegar a volverle; recitandole el mensaje que me escribió dandome la razón de que me dejase él una primera vez, de los errores que cometí yo dejandole escapar una segunda...
Y del futuro... Su corazón está ahora ocupado. Y lo sé. Y lo dije igual. Por el hecho de que quiero que sea feliz con ella, todo el tiempo posible; pero que, pase lo que pase, yo estaría aquí.
Suena extraño. Si, eso de ponerte tu misma de segundo plato. No me importa. Se que con él sería feliz sin tener que pasa por mil y un otros que acabasen mal. Él ha sido, es y será siempre como mi hermano, protector y cariñoso al mismo tiempo; pero un hermano "especial" con el que compartí algo más que secretos y consejos.
(Además, aun queda mucho tiempo para cuando tenga que volver a pedirselo de verdad (;)
"Hey baby, I think I wanna marry you"
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