Estas solo en casa, te apetece estarlo. Solo en estos momentos, y cuando estas debajo de la alcachofa de la ducha, es cuando realmente puedes pensar.Sueles tener la música lo suficientemente alta como para provocar la vibración de los cascos pero ahora mismo es mejor bajarla un poco, será más fácil ordenar tus pensamientos.
Que rápido pasa el tiempo. Hasta hace nada tu único problema era ir pronto a jugar con tus amigos en el parque, el que está junto al bar desde el cual tus padres podían vigilarte. Ahora no. Ahora le sacamos importancia a lo más mínimo. Y las preocupaciones aparecen debajo de las piedras.
Creo que todos tenemos nuestro lado masoca. Si no pasa nada haremos por buscar que pase. Por mucho que nos quejemos nos gustan los problemas aunque sea por entretenimiento. Y solo nos complican más la vida. Con lo bien que pasábamos el rato tirados al sol con la idea de quedarte ahí para siempre, si nada más en lo que pensar...
Y es que somos una panda de locos. Cuando tengamos el problema en nuestras manos, nos quejaremos lo suficiente como para sacar de quicio a los demás; para que te suelten el totalmente cierto "tú te lo has buscado". Y así, como alma en pena, encontraras solución al dichoso dilema que no debería ni haber comenzado.
Sinceramente, no se debería hablar tanto, ni desear tanta mierda si las cosas te van bien. Discutir por discutir, juzgar por juzgar... Es triste esa forma de vivir. Nos llenamos la boca con "solo quiero ser feliz" y lo único que hacemos es alejarnos de ello. Cuando el modo de vida que debemos seguir es el contrario. No se puede perseguir la felicidad, solo hay que intentar sentirla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario