Antes se me daba bien escribir sobre la vida. Sobre que es, básicamente, un juego lleno de locura dividido en miles de caminos en los cuales perdías o no la partida. Y así continuamente. Un lugar donde, o intentabas comer fichas o el resto te comía a ti. Pero sobre todo un sitio donde pretendía, al menos yo, ser feliz. Buscar aquello que me hacia sonreir a mi y al resto. Pero, como no, siempre llegan esos errores que te joden hasta la medula, rompen tus esquemas y que, o los solucionas o pierdes puntos.
Pues eso, una locura, azar, mucho donde elegir y ser juzgado. Un juego donde, nos conozcamos o no, jugamos todos.
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